Descubrimiento e investigación en Assur

Las primeras exploraciones en Assur

Descubrimiento e investigación en Assur

La primera persona que mostró interés por la ruinas de Assur fue Claudius James Rich. Aunque nacido en Francia en el año 1786, Rich se crió en Inglaterra con sus tíos, donde mostró gran habilidad en el aprendizaje de lenguas, aprendiendo varios idiomas europeos, árabe y persa. En 1803 entró a formar parte de la Compañía de Indias en su rama de administración civil.

En 1806 se incorporó a su destino en El Cairo y en 1808 a se le asigno Bagdad. Allí comenzó a interesarse por las antigüedades, consiguiendo objetos antiguos y visitando las ruinas de Babilonia, Kish, Samarra, Hatra, Nimrud o Assur entre otras. Fruto de estas visitas fueron la elaboración de algunos informes y de un relato titulado Narrativa de una estancia en Kurdistán: viaje por el Tigris a través de Bagdad.

Gracias a este relato sabemos que Rich visitó Assur a principios de marzo de 1821, realizando un breve comentario en el que deja claro que sería interesante excavar las ruinas. Lógicamente, por aquel entonces el diplomático inglés no sabía que se encontraba ante la antigua capital de los asirios. Unos años más tarde otro inglés, George Smith visitaría las ruinas, obteniendo idéntico resultado que Layard.

Habría que esperar algo más de dos décadas para que se realizasen ñas primeras excavaciones arqueológicas en Assur. Estas correrían a cargo de otro diplomático inglés, el célebre A. H. Layard, quien con la ayuda de Hormuz Rassam realizó un primer sondeo en el yacimiento. Sin embargo, aunque Layard intuía la importancia del lugar, la ausencia de grandes hallazgos le hicieron desistir su investigación.

La excavación de Assur

No sería hasta comienzos del siglo XX cuando Walter Andrae, después de haber aprendido los nuevos métodos de la arqueología moderna en Babilonia, se desplazase a Assur y sacase a la luz la antigua capital asiria. Gracias al trabajo de los alemanes conocemos como era la ciudad.

Ya en el siglo XXI, un nuevo equipo alemán comandado por Peter Miglus retomó los trabajos científicos en el yacimiento intentando comprender algunos aspectos complejos que habían quedado sin aclarar en los trabajos de Andrae.