Palmira

Palmira fue una antigua ciudad, capital de un reino árabe, situada en un oasis del desierto de Siria, que alcanzó su máximo esplendor económico y cultural entre el siglo III a. C. y I a. C., cuando fue incorporada al Imperio Romano. ¡Entra y descubre más sobre las ruinas de Palmira!

La ciudad de Palmira

¿Qué es Palmira?

Palmira es el nombre dado por los griegos a una antigua ciudad árabe llamada Tadmor, situada en un oasis en el centro del desierto de Siria. Alcanzó su mayor esplendor en el siglo I d. C. bajo el Imperio Romano, pero después se vería envuelta en varias luchas de poder que mermarían su importancia hasta que fue derrotada y arrasada por Aureliano en el siglo III d. C. Después fue reconstruida pero ya no volvió a ser lo que fue en el pasado.

¿Dónde estaba la ciudad caravanera?

Palmira se encontraba en el oasis de Aqfa en el centro de Siria, el cual era su razón de ser, en la provincia de Homs, a pocos kilómetros de la moderna ciudad de Tedmor, en un punto de paso de las antiguas pistas de caravanas que recorrían todo el oriente en la antigüedad.

La importancia de Palmira en la antigüedad

Las ruinas de la ciudad de Palmira son uno de los sitios más emblemáticos de Siria. El reino de Palmira ocupó un lugar notable entre las ciudades caravaneras del Oriente antiguo y de la Ruta de la Seda. Hasta tal punto que desde el siglo III a. C. y hasta su incorporación al Imperio Romano en el I d. C., llegó a competir con ciudades como Hatra y Petra.

Pero el comercio en Palmira debió de existir desde mucho antes, pues ya aparece citada, eso sí, con su antiguo nombre de Tadmor, en textos de Ebla y Mari como un centro comercial con relaciones con Mesopotamia. Un poco más tarde también aparece en documentos de Kanish, Emar y en uno de Tiglat Pileser I, el monarca asirio.

Palmira también aparece por Flavio Josefo y en la Biblia. En estas dos obras se menciona que fue fortificada por el rey Salomón, aunque no hay ninguna base científica de esto y parece que tal información pertenece al ámbito de la leyenda.

La monumentalización de la ciudad

De la importancia de Palmira habla el hecho de que ya desde el siglo I a. C. la ciudad de Palmira experimentase un proceso de monumentalización. Por entonces se construyó el famoso tetrápilo, el templo de Baalshamin o las llamadas «tumbas-torre» o el templo de Bel.

En tiempos de Trajano y Adriano a Palmira ya se le puede considerar una ciudad greco-parta, al menos en cuanto a su aspecto. Se construye la gran columnata de la ciudad y se reconstruye el ágora y varios santuarios.

La Palmira de la reina Zenobia

Bajo la dominación romana a partir del siglo I d. C. Palmira conservó cierto grado de independencia. Incluso recibió el estatuto de ciudad libre. Pero si hay un personaje de la historia de Palmira de esta época que pasaría a la historia esa es la reina Zenobia.

El esplendor de Palmira se apagaba en el siglo III. La decadencia del Imperio Romano fue aprovechada por los sasánidas para expandirse por los ríos Tigris y Éufrates. Por aquel entonces reinaba la anarquía. El propio emperador romano, Valeriano fue asesinado y fue entonces cuando aparece en la escena de Palmira, Septimio Ordenato.

Pero, ¿qué tiene que ver este personaje con la reina Zenobia?.

Continuemos leyendo.

¿Quién era Zenobia?

Los textos clásicos nos dicen que Zenobia era una mujer de una belleza inigualable y que estaba emparentada con Cleopatra. La futura reina se casó con Septimio Odenato, rey de Palmira y que con el tiempo se convertiría en gobernador de Oriente.

Ordenato de Palmira sería asesinado junto a su hijo mayor en una conjura palaciega que tuvo lugar en el 267, pero sobrevivió Vabalato, un niño que le había dado Zenobia. De esta forma Zenobia se convirtió en regente, pero a la vez en sospechosa de haber participado en la conjura. En sus manos tenía Palmira y los nuevos territorios conquistados por Roma en Oriente.

El reinado de Zenobia

Desde el poder Zenobia trataría de obtener para Palmira la máxima autonomía posible con respecto a Roma. Aprovechando la escasa capacidad de respuesta del emperador romano, Zenobia realizó diversas campañas militares contra los persas en las que obtuvo importantes victorias. LLegó incluso a anexionarse Egipto, la provincia más rica del Imperio Romano, convirtiéndose en heredera legítima de Cleopatra.

Zenobia se vio favorecida por las incursiones de pueblos germanos en el Imperio Romano que hacían que Roma desviase su atención de Palmira, de hecho, aunque hubiese querido no hubiese tenido capacidad para actuar contra la ciudad siria, convertida con Zenobia en un reino independiente.

Pero en cuanto el emperador Aureliano consiguió una relativa paz en la frontera norte del imperio puso su mirada en Oriente para recuperar los territorios autónomos e independientes como el reino de Palmira. Tras un primer revés, las tropas romanas de Aureliano deciden atacar Palmira.

La caída de Zenobia

En un primer momento Aureliano envía una carta a Zenobia pidiéndole que se rinda, pero la reina no hace caso y abandona la ciudad a lomos de un camello buscando refugio entre los partos, pero fue capturada durante su huida.

No se sabe muy bien si la reina de Palmira fue alcanzada después a la altura del río Éufrates y ejecutada. Otras fuentes indican que fue trasladada a Roma y aquí hay dos versiones, una propone que murió de camino a la ciudad y otra que desfilo en el triunfo de Aureliano y fue recluida en Tibur.

La ciudad tras la captura de Zenobia

Tras la captura de Zenobia, Palmira decidió rendirse y entregar importantes riquezas a Aureliano a cambio de que este levantase su asedio. Al año siguiente Palmira volvió a levantarse contra el poder romano, pero entonces, según alguna fuentes, la ciudad fue capturada y arrasada. Sin embargo, los testimonios arqueológicos demuestran que la destrucción no fue tan grande como algunos textos cuentan.

El descubrimiento de las ruinas de Palmira

La ciudad sería conocida desde antiguo y serían muchos los viajeros que pasaron por las ruinas de Palmira, algunos de los cuales nos narraron su experiencia por escrito. A mediados del siglo XVII se puso de modo en Europa el conocido como Grand Tour, un viaje por Europa que solía terminas en los lugares sagrados de la Biblia. Además, comerciantes, ávidos de éxito, surcaban el Oriente buscando nuevas pistas por las que desplazar productos.

En 1687, varios comerciantes británicos que vivían en la ciudad siria de Aleppo llegaron a Palmira y se les considera los descubridores de la ciudad para el mundo occidental. Habría que esperar unos años, hasta 1693, para que Hofsted van Essen dibujase una panorámica de sus ruinas.

Dibujo de las ruinas de Palmira por van Essen

En 1785, Constantin François de Chasseboeuf, conde de Volney visitó la antigua Palmira. Fruto de este viaje por Oriente fue la obra Las Ruinas de Palmyra, publicada en 1971. La obra en realidad se trata de una disertación sobre el ocaso de las religiones, por lo que el engañoso título engañó durante años a muchos curiosos que buscaron en sus páginas una imagen de la ciudad.

En 1870 el chileno Adolfo Rivadeneyra visitó Palmira y quedó desilusionado por sus ruinas, por aquel entonces según menciona muy mal conservadas. Sin embargo, en lo que si coinciden los primeros relatos sobre Palmira es en lo impresionante que era su valle de tumbas. Y es que unas torres, muchas de ellas fechadas en el siglo I d. C., sirvieron como panteón a las grandes familias.

La Investigación científica

Ya en el siglo XX, las excavaciones y restauraciones que en Palmira llevaron a cabo A. Bouni, E. Frézoulds, K. Michalowski y otros permitieron comprender la importancia de esta capital de un reino árabe y entender su historia y sus ruinas.

Gracias a estas excavaciones se descubrieron enormes recintos que protegían el oasis de Palmira, la necrópolis, los cultivos y los grandes espacios libres que quedaban entre las tiendas y las caravanas de camellos.

Conocedoras de la importancia de Palmira, las autoridades sirias abrieron en 1961 el Museo Arqueológico de Palmira y pocos años después comenzaron un ambicioso proyecto de excavaciones y restauraciones en las ruinas de la antigua ciudad. De esta forma Palmira se convirtió en un destino turístico de primer orden con varios hoteles en sus alrededores.

Desde el año 1992 comenzó a celebrarse de manera anual el Festival de Palmira en el cual tenían cabida un buen número de actividades folclóricas que se realizaban en torno al teatro.

La prosperidad de la nueva Palmira se vio truncada con el estallido de la guerra civil siria y la posterior ocupación del yacimiento por los terroristas del DAESH.

Monumentos antiguos

Entre las ruinas de Palmira destaca el recinto central, en el que se encontraba la gran vía porticada, una columnata de 1200 m. de extensión; el ágora, con una importante actividad comercial; el teatro; los templos de Nabu y Baal-Samin; el palacio de la reina Zenobia, en el que posteriormente se situó el campamento de Diocleciano y los barrios acomodados.

La devoción al dios Nabu era muy fuerte entre las gentes de Palmira. El templo de Nabu se situaba en el centro de un enorme temenos de 210 x 2015 m., levantado sobre un podium de 2,15 m. de altura estaba delimitado por un muro y un doble pórtico de columnas. A pesar de su aspecto clásico no impide que la cella sea la tradicional del mundo oriental.

Vista aérea del santuario de Nabu, Plamira
Vista aérea del santuario de Nabu

Entre los monumentos de Palmira llama especialmente la atención el valle de tumbas, una de las más importantes del mundo grecorromano, a pesar de que muchas de ellas han sido expoliadas a lo largo del tiempo. En el valle de las tumbas podemos diferenciar cuatro tipos diferentes de tumbas:

  • Tumbas-torre
  • Hipogeos
  • Hipogeos-torre
  • Templos funerarios

En el Museo Arqueológico de Damasco se reconstruyó la cámara principal del hipogeo de Yarhai junto a su panteón. Esta tumba del siglo II es una de las más espectaculares de Palmira. En el fondo, dentro de un nicho, contiene un sarcófago sobre el que aparecen esculpidos Yarhai y sus familiares más directos, mientras que en las paredes del hipogeo se esculpieron los bustos de numerosos parientes de Yarhai.

Hipogeo de Yarhai

La destrucción de Palmira por DAESH

La guerra civil que afecta a Siria desde hace ya varios años ha provocado daños en numerosos monumentos, pero el más conocido ha sido, sin duda, el de Palmira.

La ciudad estuvo bajo control del ISIS entre el 20 de mayo del 2015 y poco después los medios de comunicación mostraban como los militantes del DAESH colocaban gran cantidad de explosivos en el templo de Baalshamin para después demolerlo por completa. Misma suerte corrieron el arco del triunfo y otros monumentos de Palmira.

Este mismo año el señor Khaleed El-Assad, director del Museo de Palmira durante varias décadas fue decapitado en las mismas ruinas de la ciudad al negarse a desvelar el paradero de 400 objetos que había escondido en el desierto para protegerlos de la destrucción de Estado Islámico. Sin embargo, la imagen más impactante fue la de un vídeo mostraba a niños asesinando a varios soldados sirios en el anfiteatro romano.

Palmira fue liberada el 24 de marzo de 2016 por el ejército sirio, sin embargo, aprovechando los poco efectivos militares que quedaron en la ciudad, fue nuevamente tomada por el ISIS en diciembre de 2016, y estuvo su control hasta que fueron expulsado definitivamente de ella en marzo del 2017.

La reconstrucción de sus ruinas actualmente

Tras los graves daños causados por DAESH en Palmira, rápidamente los expertos se pusieron manos a la obra para intentar reconstruir sus ruinas. Debido a la peligrosidad del país en la actualidad varios profesores de las universidades de Oxford y Harvard reconstruyeron en 3D el Arco del Triunfo de Palmira para exponerlo primero en Trafalgar Square de Londres y, después, en Nueva York y Dubai.

Los primeros científicos en visitar la ciudad tras su destrucción fue un equipo de la Universidad de Varsovia que durante una semana evaluó los daños provocados. Por otro lado, una empresa francesa escaneó los escombros del Templo de Baal para intentar su reconstrucción, en un proyecto bajo supervisión de la UNESCO.

De igual modo, científicos rusos crearon un modelo de Palmira en 3D en base a fotografías aéreas realizadas en septiembre de 2016. Esto permite estudiar diferentes posibilidades de restauración sin necesidad de estar físicamente en el sitio. Además expertos suizos restauraron algunas estatuas que fueron dañadas por los milicianos del DAESH.