Babilonia: Historia y Arqueología de la Antigua
¿Cómo era la ciudad de Babilonia? ¿Cuál fue su historia? Si estás buscando cosas nuevas de los Jardines Colgantes, la Torre de Babel, la Puerta de Ishtar o el Imperio Neobabilónico has entrado en el sitio correcto. Sigue leyendo y descubrirás todas las razones que hacen de Babilonia un lugar sorprendente.
Todas las claves de Babilonia
A continuación te mostramos un listado con diferentes aspectos de la cultura, la historia y la imagen física de Babilonia. Haz click sobre la imagen que desees obtener más información.
Otras ciudades de Mesopotamia
Además de Babilonia, en el Oriente antiguo existieron otras ciudades importantes. Capitales de grandes imperios e importantes centros políticos, económicos y culturales. Haz click en la imagen para ver más sobre esa ciudad. Para encontrar más información sobre Babilonia continúa leyendo tras las imágenes.
Significado de Babilonia
Existió debate en si era correcto identificar el nombre bíblico de Babel con Babilonia, pero en la actualidad no existen dudas. Babel proviene del nombre original de la ciudad Babilu, que en el idioma nativo de los babilonios significaba «puerta divina».
¿Qué es Babilonia?
Babilonia es una antigua ciudad de Mesopotamia situada a orillas del río Éufrates, en el actual Irak. Pero es mucho más que una ciudad. La arqueología y las tablillas de escritura cuneiforme han demostrado que con el tiempo se convirtió en un imperio hegemónico en Mesopotamia y en el imaginario de las gentes de la antigüedad la causa de todas las desgracias, sobre todo del pueblo de Israel.
En definitiva, una ciudad legendaria cuyo recuerdo perduraba entre el mito y la leyenda. Así hasta que los alemanes la redescubrieron y llegaron hasta la Babilonia actual, nombrada en julio de 2019 Patrimonio de la Humanidad.
El descubrimiento de las ruinas de Babilonia
Fueron varios los viajeros que desde la Edad Media visitaron Mesopotamia, algunos incluso visitaron las ruinas de la antigua ciudad y buscaron la famosa torre, pero no podían verla, pues no se conservaba. Incluso hubo quien la confundió con Birs Nimrud. Las ruinas de la verdadera Babilonia se encuentran cerca de la actual aldea de Hilla, pero los posteriores trabajos franceses, sin ningún resultado, solo pusieron de manifiesto la confusión de este yacimiento. No fue hasta la llegada de los alemanes a Oriente cuando la antigua ciudad bíblica se reveló en todo su esplendor.
La imagen que tenemos de Babilonia se la debemos a la misión de la Sociedad Orientalista Alemana dirigida por Robert Koldewey que trabajó allí entre 1899 hasta 1917. Las excavaciones alemanas superaron la calidad de todas las que se habían realizado con anterioridad en Mesopotamia . Y es que el equipo de Koldewey utilizó principios arquitectónicos, documentó con precisión los hallazgos y realizó fotos, alzados, reconstituciones de los edificios, mapas y planos de Babilonia.
El resultado fue unas publicaciones rigurosas que superaban por mucho lo que se había hecho hasta el momento y la posibilidad de reconstruir en Berlín estructuras tan impresionantes como la Puerta de Ishtar.
Babilonia en los autores clásicos
Heródoto fue el primero de los autores clásicos que mencionó Babilonia en su Historias, pero lo hace en 450 a. C., casi un siglo después de la caída de la ciudad a manos de los persas. Por tanto, el historiador de Halicarnaso hablaba de oídas y los hechos que menciona pertenecen al ámbito de la leyenda y la tradición. Además de la planta, las estructuras y las técnicas arquitectónicas de Babilonia, Heródoto nos habló de las costumbres de sus habitantes.
Diodoro Sículo en su Biblioteca Historica describió los principales monumentos de la ciudad, pero en ocasiones confunde Babilonia con Nínive. Beroso, sacerdote en la Babilonia del siglo III a. C. escribió Babiloniaka, pero solo nos ha llegado por autores posteriores como Flavio Josefo o Eusebio de Cesarea. Esta obra proporciona una lista de reyes de Babilonia hasta la llegada de Alejandro Magno, de las obras realizadas por Nabucodonosor II y de la finalización de los famosos jardines colgantes de Babilonia. Unos siglos después, Estrabón también mencionará los jardines, pero su obra tiene bastantes imprecisiones.
Los autores romanos también admiraron Babilonia y la citan en sus obras con relativa frecuencia, pero por aquella época la ciudad de Mesopotamia ya se encontraba deshabitada y los datos que ofrecen se basan en obras anteriores o en leyendas.
Babilonia y la Biblia
Si hay un texto que ha ayudado a dar a conocer Babilonia ese es la Biblia. En el Génesis aparece el conocido episodio de la Torre de Babel que trajo consigo la confusión de lenguas. Pero aparte del Génesis son varios los libros del antiguo testamento que mencionan Babilonia, sobre todo en relación al tema de la deportación de los hebreos.
En el Nuevo Testamento, en concreto en el Apocalipsis, aparece citada Babilonia la Grande para hacer referencia al conjunto de religiones falsas existentes y a uno de los personajes se le conoce como la ramera de Babilonia. Como vemos, la visión de la ciudad que nos ofrecen las Sagradas Escrituras es totalmente negativa. Pero en estos textos la imagen de la ciudad aparece distorsionada de manera deliberada.
La imagen física de la ciudad
La ciudad de Babilonia que conocemos es la de la época neobabilonia. El desplazamiento del Éufrates y el nivel de la capa freática del río han hecho que sea imposible llegar hasta los niveles más antiguos de la ciudad. Por tanto, para decepción de muchos, la Babilonia que conocemos no es la de Hammurabi, sino la de reyes como Nabopolasar, Nabucodonosor II o Nabónido.
Además, contamos con una serie de textos topográficos de finales del II milenio a. C. conocidos con el nombre de Tintir, que menciona gran parte de los elementos arquitectónicas y los barrios y calles de la ciudad. Aunque este documento nos ha llegado por copias posteriores, es de gran utilidad para conocer la imagen de Babilonia en la antigüedad.
En la obra La Antigua Babilonia. Historia y Arqueología, contamos con una descripción muy completa de la ciudad de Babilonia, sus principales estructuras y cómo estaba organizada. Veamos pues cuáles eran las principales construcciones siguiendo esta obra.
¿Cómo era Babilonia en la antigüedad?
En el siglo VI la ciudad de Babilonia contaba con una extensión de unas 1.000 ha, unas 4 veces más grande que la Atenas del siglo V. Fue, con diferencia, la ciudad más grande del mundo durante la antigüedad. Babilonia, como cualquier otra ciudad antigua no permaneció encerrada dentro de sus murallas, sino que en muchos km. a la redonda se situaron aldeas y pueblas agrícolas de babilonios y asentamientos de poblaciones deportadas. Estos asentamientos estarían unidos con la gran ciudad mediante pistas y canales que tendrían un trasiego intenso.
Parece claro que la ciudad sufrió una importante renovación con Nabucodonosor II. Babilonia tenía una muralla que encerraba un recinto de 1.000 ha y si incluimos a las poblaciones de las aldeas y poblados de los alrededores, pudo alcanzar los 500.000 habitantes. Pero ¿cuáles fueron las construcciones más importantes de Babilonia?
La muralla de Babilonia
La muralla de Babilonia tenía un perímetro de unos 18 km y unas 360 torres. En realidad tenía 2 murallas, una exterior y otra interior. Esta última se trataba de una doble fortificación formada por una muralla interior de adobe de 7 m de grosor y con numerosas torres, y delante de ella, a unos 12 m de distancia, otra muralla construida con ladrillo y mortero de betún, de algo más de 7 m de espesor y reforzada con un antemuro de ladrillo y un foso. Según los excavadores alemanes el espacio entre las 2 murallas interiores estuvo relleno, por lo que sería una obra colosal cuya construcción parece que fue anterior a Nabucodonosor II.
El Palacio de Verano de Babilonia
En el lado norte de la ciudad de Babilonia, adosado a la muralla exterior y sobre una gran terraza artificial de adobe de 20 m de altura se encontraba el llamado «Palacio de Verano». Cuando el equipo de Koldewey lo descubrió se encontraba muy deteriorado, pero aún así pudieron determinar que tenía varias habitaciones, 2 patios y el suelo pavimentado con losas de piedra caliza. Como en algunas habitaciones existían canales de ventilación para permitir la entrada de aire fresco durante los períodos de máximo calor, Koldewey resolvió llamarlo el «Palacio de Verano». Sus características hacen pensar en que se tratase de una estructura de carácter defensivo.
Puertas de Babilonia
La muralla interior de Babilonia permitía el acceso a su interior a través de puertas. Todas las puertas de Babilonia las conocemos por su nombre, y estas eran: Zababa, Marduk, Ishtar, Enlil, del Rey, Adad y Shamash. La principal era la Puerta de Ishtar. Esta puerta suponía el punto fuerte del sistema defensivo interior.
La Puerta de Ishtar y la Vía de las Procesiones
La puerta de Isthar se encontraba revestida de ladrillos vidriados de color azul y decorada con toros y dragones. A ella se llegaba a través de la Vía de las Procesiones, una avenida de 200 m de largo y 30 de ancho, con los muros de las paredes de ambos lados revestidos de ladrillos vidriados y una cenefa de leones que recordaban a la diosa Ishtar.
Los Palacios
En una parte elevada de la ciudad de Babilonia conocida como Kasr se encontraron el Palacio Norte y el Palacio Sur. Parece ser que se trataba de los dos principales palacios de Babilonia. El Palacio Norte debió ser el principal y estaría decorado y equipado de manera más rica que el Palacio Sur. Por su parte, el Palacio Sur sería más grande, con forma trapezoidal de 322 x 190 m., articulado en torno a 5 sectores, con patios y un salón del trono. Es en este palacio donde se encontrarían los célebres jardines de Babilonia.
Los Jardines Colgantes
Construidos por Nabucodonosor, aunque algunas fuentes mencionan a Semíramis como su creadora, los Jardines Colgantes de Babilonia fueron una de las Siete Maravillas del Mundo. para Koldewey se encontraban situados sobre una gran estructura al oeste del Palacio Sur, un dique frente al río perfecto para nutrir la demanda de agua. Un agua que se obtendría del río que atravesaba la ciudad y que sería subida hasta los jardines colgantes a través de un sistema de norias comunicantes.
Etemenanki o la Torre de Babel
El Etemenanki parece ser la expresión física del símbolo más característico (junto con los jardines colgantes) de la antigua Babilonia, la famosa Torre de Babel. El Etemenanki sería originalmente un zigurat o pirámide escalonada en cuya cúspide se encontraba un templo de Marduk. Hoy en día se encuentra muy mal conservado y de él solo queda un cuadrado de adobe en el suelo de 91 m. de lado revestido de ladrillo en el que se aprecian 3 escalinatas de ladrillo por las que se accedería a la cima de la estructura formada por 6 plataformas superpuestas. La Torre de Babel debió ser enorme y se levantó dentro de un recinto cuadrado a modo de temenos de 400 m. de lado.
El Esagila y otros templos
El templo principal de Babilonia, dedicado al dios Marduk, era el Esagila. En el centro de la ciudad, con una planta casi cuadrada de 79 x 85 m., adosado a una construcción mayor, se levantaba el Esagila. A su interior se accedía a través de 4 puertas situadas en sus fachadas. La capilla mayor, dedicada a Marduk, estaría revestida de oro. En su interior se encontraría la estatua de Marduk.
En el Esagila se celebraba todos los años la fiesta de Año Nuevo o Akitu, durante el cual se recrearía la batalla entre Tiamat y Marduk que elevó a este último a dios principal de Mesopotamia.
Además del Esagila, Babilonia también contaba con el templo de Ninnah, el de Ninurta, el de la diosa Ishtar y el conocido como Templo Z, posiblemente dedicado a Gula.
La biblioteca de Babilonia
Al igual que en otras grandes ciudades capitales del Próximo Oriente como Hattusa —la capital de los hititas— o en Nínive con la biblioteca de Asurbanipal, en Babilonia también existió una gran Biblioteca en tiempos de Nabucodonosor II, aunque no sabemos si estaría situada en algún edificio dedicado a tal efecto o en las dependencias del palacio o algún templo.
El festival del Akitu de Babilonia
Todos los años por primavera se celebraba en Babilonia el festival del Akitu o año nuevo y en él se conmemoraba el triunfo de Marduk sobre el caos, representado por Tiamat. La celebración duraba varios días. El núcleo central de las mismas era el Esagila, donde se realizaban varios ritos y también se sacaba en procesión a Marduk.
Historia de Babilonia
La historia de Babilonia es fascinante y trasciende las fronteras de la propia ciudad. Pues la pequeña ciudad que fue en sus orígenes se convirtió con el tiempo en la cabeza de un gran imperio que extendía sus tentáculos por buena parte de Oriente Próximo. Pero ¿cómo fue la historia de Babilonia? A continuación te dejamos un resumen de la misma.
Los momentos más antiguos de la historia de Babilonia
A pesar de la monumentalidad de sus restos y lo meticuloso del trabajo de los alemanes, Babilonia apenas ha aportado material epigráfico que permita reconstruir su historia. No sabemos nada de la historia de Babilonia en sus épocas más antiguas. Tenemos una mención a la ciudad en un texto de Sharkalisharri, el último rey acadio, allá por los años 2217-2193 a. C.
Por lo tanto, sabemos que en la segunda mitad del III milenio a. C. ya existía, pero poco más. Hemos de suponer que si no sabemos nada de ella es porque no debió tener gran relevancia hasta unos siglos después, cuando llegó al trono Hammurabi.
Gracias a varios textos acadios y babilonios grabados por los escribas mesopotámicos sabemos que Babilonia tuvo 10 dinastías de reyes y su desarrollo puede dividirse en varias fases, aunque se trata de divisiones artificiales entre las que no existe unanimidad entre los especialistas.
Fase Paleobabilónica
A comienzos del III milenio a. C., varias ciudades-estado se disputaban la supremacía de Mesopotamia: Larsa, Eshnunna, Isin, Assur y Babilonia. A esta última llegó al poder Sumu-abun en el 1894 a. C. sin que se sepa muy bien cómo pudo hacerse con el control de la ciudad.
Desde finales del III milenio a. C. aparecieron en la escena del Próximo Oriente las tribus amorreas o amoritas. Pastores nómadas con una lengua semítica noroccidental. Los amoritas aprovecharon el vacío de poder dejado por la caída de la III Dinastía de Ur para asentarse en la llanura aluvial mesopotámica y hacerse con el control, a comienzos del II milenio a. C., de Mari, Alepo, Uruk, Larsa o Babilonia. Con la llegada de Sumu-abum y sus 4 sucesores, Babilonia pasó de ser una pequeña ciudad sin ningún papel relevante a una potencia mesopotámica solo comparable con Mari.
Pero Babilonia llegaría a su apogeo con el sexto monarca amorreo, Hammurabi. Conocido por la promulgación del famoso código de leyes que la historiografía le ha atribuido su nombre, el Código de Hammurabi. Pero en sus 42 años de reinado, entre 1795 y 1750, Hammurabi se muestra como el prototipo de rey amorita conquistador. Amplió y unificó sus dominios, creando un imperio a imitación del de los grandes reyes acadios y de la III Dinastía de Ur. Para ello, combatió y eliminó a monarquías más poderosas que las de Babilonia como Eshnunna, Mari, Assur o Larsa.
Fue un proceso largo y complejo durante el que extendió su dominio por el Tigris y Éufrates hasta el Habur, un territorio que llegó a abarcar 26 ciudades. Incluso, Hammurabi en varias inscripciones llegó a utilizar los títulos de «Rey de las Cuatro Regiones» y «Rey de Sumer y Acad».
Para el correcto funcionamiento de este vasto territorio llevó a cabo una obra centralizadora con el control de las 2 grandes arterias fluviales: El Tigris y el Éufrates, para asegurarse el acceso y control de los recursos naturales; eliminó estructuras anacrónicas propias de las ciudades-estado anteriores; implantó una burocracia compleja, el acadio como idioma oficial y el culto a Marduk. Pero sobre todo, el reinado de Hammurabi en Babilonia es conocido por la promulgación de importantes medidas legislativas que fueron recogidas en su famoso código.
Con el sucesor de Hammurabi, Samsu-iluna, se empezó a notar en Babilonia la presión de los casitas. Esto fue aprovechado por ciudades vecinas como Uruk o Ur para declarar su independencia. Las referencias más antiguas a los casitas en textos cuneiformes datan del siglo XVIII a. C. La situación de Babilonia se agravó con los sucesores de Samsu-iluna, cuando la incursión casita se agudizó. Pero es que en el año 1595 a. C. el rey hitita, Mursili I, tomó Babilonia, expulsó al rey legítimo y a los amorreos, saqueó la ciudad llevándose las estatuas de Marduk y su esposa Zarpanitu, y se volvió a Hatti, dejando un vacío de poder en Babilonia.
El periodo que va desde el saqueo de Babilonia por parte de los hititas en el 1595 a. C y la caída del rey Ea-gamil, último monarca de la llamada dinastía del País del Mar, en 1475 a. C., es muy mal conocido. Es probable que esta dinastía gobernase en Babilonia en paralelo a los primeros monarcas casitas hasta la llegada al poder de Ulam Burias, cuando los casitas se hacen con el poder total de Babilonia y reinarán durante algo más de tres siglos.
¡ATENCIÓN!
A continuación te dejamos un extraordinario y extravagante vídeo de «Pero eso es otra Historia» en el que aprenderás de manera amena y divertida la Historia de Babilonia desde Hammurabi hasta su caída. Te recomendamos que sigas leyendo pues te desvelamos las claves de la época casita y caldea.
La Babilonia Casita
Finalmente el poder fue tomado por una nueva etnia de origen desconocido, los casitas. Es muy posible que fuesen originarios de los Zagros y se mantuvieron en el poder durante varios siglos, consecuencia de la estabilidad política que se vivió entre los siglos XIV y XII a. C., asumiendo la cultura tradicional de Babilonia Su lengua no tiene parentesco con otras del Próximo Oriente y el resto de potencia orientales: hititas, egipcios o asirios conocían Babilonia como la «tierra de Karduniash».
El principal problema que tenemos a la hora de reconstruir la historia de la Babilonia casita es la falta de documentación. Contamos con los textos procedentes del archivo de El-Amarna y de Nippur, además de un tipo de documento característico de los casitas, los kudurru. Estos son pequeñas estelas de piedra con una inscripción y decoradas.
Los kudurru son textos jurídicos que aluden a cuestiones relacionadas con la propiedad de inmuebles o privilegios económicos concedidos por el monarca tales como donaciones, exención de impuestos, corveas, restauración de propiedades, etc.
El kudurru era la forma en que el poder público certificaba ciertos derechos de un individuo y sus herederos. En realidad, estos textos eran los duplicados del documentos original, una tablilla sellada que mantenía en su poder el beneficiario o que era archivada en un templo.
El texto de este tipo más conocido es el denominado «kudurru Michaux«, una inscripción datada entre 1184 y 1174 a. C., de 45 cm de altura y 62 de circunferencia, realizada en diorita y que se conserva en la Biblioteca nacional de París. Se trata de la primera inscripción mesopotámica que llegó a Europa y lo hizo en el 1786.
Pero la información que no nos dan los textos sobre Babilonia, nos la da la arqueología. Sabemos que la fundación de ciudades o la construcción de templos era una prerrogativa real. El mejor ejemplo de ello lo encontramos en la fundación de una nueva capital, Dur-Kurigalzu, a unos 100 km de Babilonia en la actual Aqar Quf, obra de Kurigalzu I hacia el 1380 a. C. Por los textos de El Amarna podemos suponer que la Babilonia de los casitas debió ser una de las grandes potencias de Oriente Próximo durante la segunda mitad del II milenio junto a Egipto, Hatti, Mitanni y Asiria.
La nueva capital casita se convirtió en el centro administrativo y en ella sobresalen 2 estructuras: el palacio y el zigurat. El palacio, que solo se excavó parcialmente, tiene 9 ha de extensión, con las salas del primer piso cubiertas con bóvedas y con un pórtico decorado con imágenes de una procesión. El zigurat de Dur Kurigalzu es el mejor conservado de Mesopotamia y en su origen tendría 3 pisos de 20, 15 y 12 m. de altura respectivamente.
El último siglo de la dinastía casita en el poder estuvo marcado por la injerencia asiria en Babilonia y los ataques de los elamitas, quienes finalmente pusieron fin a la dinastía, se llevaron la estatua de Marduk e hicieron prisionero en Susa al último rey babilonio.
La Segunda dinastía de Isin y Babilonia
Tras la caída de los casitas en Babilonia gobernaron varios reyes originarios de la cercana ciudad de Isin. A esta dinastía de Isin se la conoce como la «Segunda» para diferenciarla de la heredera de los reyes de Ur que había gobernado unos siglos antes.
Con la llegada al trono de Nabucodonosor I la época de declive de Babilonia llego a su fin. El nuevo monarca derrotó a los elamitas y trajo de vuelta la estatua de Marduk, lo que dio lugar a la redacción de nuevos himnos y epopeyas para celebrarlo. Sin embargo, esta prosperidad duró poco. La debilidad de los sucesores de Nabucodonosor I y la amenaza de los arameos, pueblo nómada llegado del oeste que se dedicó al saqueo y pillaje de las ciudades más prósperas sumió a Babilonia en el caos.
Babilonia y Asiria
Las relaciones entre Asiria y Babilonia en los primeros años del I milenio a. C. se basaron en la amistad, la ayuda ante problemas internos y en estrategias matrimoniales que pretendían estrechar lazos entre la realeza de ambos territorios. Pero esta época de buenas relaciones cambió de repente en el 814 a. C., cuando Shamshi-Adad V decidió actuar en Babilonia y deportó a los reyes babilonios a Assur. Esto fue aprovechado por una tribu aramea, los caldeos, para hacerse con el poder en Babilonia, aunque rindiendo tributo a Asiria.
Un siglo y medio después, con Asarhadon en el trono asirio, ordenó la reconstrucción de Babilonia, pero al morir Asarhadon repartió su reino entre sus dos hijos. A uno le dejó Asiria y a otro Babilonia. Ante el descontento del nuevo rey babilonio se inició un enfrentamiento con Asiria que terminó con la victoria del rey asirio Assurbanipal.
Los caldeos en la historia de Babilonia
Los caldeos son una población mal conocida de la que de desconoce su origen. Por los textos parece deducirse que se trata de unas tribus agrupadas en «casas» gobernadas por una especie de rey. Tras la intervención de Shamshi-Adad V reyes de origen caldeo se hicieron con el poder en Babilonia. El monarca más importante de esta dinastía fue Nabucodonosor II, quien consiguió la máxima expansión del reino y llevó a cabo un profundo programa constructivo en la ciudad.
De echo, a esta fase de la historia de Babilonia se la conoce como Imperio Neobabilónico. De esta época es la ciudad que los arqueólogos alemanes sacaron a la luz con la excavación. Y es ahora cuando se construyeron los Jardines Colgantes o la Puerta de Ishtar y el Etemenanki adquirieron la forma con la que los conocemos Pero esta dinastía caldea no duró mucho tiempo y el poder volvió a manos asirias bien de manera directa o mediante reyes bajo su influencia.
La caída de Babilonia
Nabónido y el oasis de Taima
A la muerte de Nabucodonosor II se produjo un período de inestabilidad hasta que Nabónido, un usurpador y que no contaba con el apoyo del clero de Marduk, se hizo con el poder. Nabónido llevó a cabo medidas controvertidas como instaurar un nuevo culto a Sin, dejar de celebrar la fiesta del akitu en Babilonia o trasladar su residencia al oasis de Taima o Teima en Arabia, mientras que dejaba a su hijo Bel-sharra-usur al frente de la ciudad, personaje conocido por ser el rey Baltasar de la Biblia.
Ciro II el Grande
Tras la muerte del rey asirio Assurbanipal los caldeos llegan al trono de Babilonia. El gran monarca de esta época fue Nabucodonosor II, quien realizó continuas campañas militares y remodeló la ciudad a gran escala. A su muerte, sus sucesores encontraron muchos problemas para mantenerse en el poder, con enfrentamientos con el clero y revuelo social agitado por las epidemias y hambrunas. Finalmente el rey Nabónido optó por retirarse durante 10 años al oasis de Taima. En el 539 a. C. Nabónio decide regresar a Babilonia, pero en ese momento varias ciudades del imperio aclaman al rey persa Ciro el Grande como libertador y Nabónido se retiró a Sippar, entrando Ciro II en Babilonia sin encontrar gran resistencia y tomaba la ciudad.
La buena acogida que tuvo la llegada de Ciro entre los habitantes de Babilonia pudo deberse a dos motivos. Por un lado, el desconcierto causado por Nabónido entre la población, sobre todo entre el poderoso clero del dios Marduk y, por otro, a las grandes esperanzas que despertaría entre el gran número de deportados que habría en aquel momento en la ciudad.
Es más, Ciro respetó la ciudad, permitió el regreso de los judíos desterrados de sus tierras durante las campañas de Nabucodonosor y por los monarcas que le sucedieron y se presentó como el monarca que venía a restaurar el culto a Marduk. Incluso el clero de la ciudad elaboró el discurso que era el mismísimo Marduk quien había provocado la caída de Babilonia y la llegada de un nuevo rey.
La liberación de los judíos
El sucesor de Ciro, Darío, liberó a los judíos que estaban cautivos en Babilonia. Les permitió regresar a su casas y , les devolvió sus tesoros y autorizó la reconstrucción del templo destruido por los anteriores monarcas babilonios. Incluso es posible que Darío mostrase cierta inclinación por el monoteísmo, pues por aquel tiempo Ahura Mazda ya no solo era el dios principal, sino que casi se había convertido en el dios único.
La Babilonia del Nilo
Aunque con la llegada de los persas en un primer momento se instauró una tolerancia con los antiguos habitantes, la situación no debió tardar mucho en cambiar. Un ejemplo de ello podría ser la fundación de la llamada «Fortaleza de Babilonia». Una Babilonia egipcia cuya fundación tradicionalmente se atribuye a los romanos, su origen no está del todo claro y es posible que fuese levantada por seguidores babilonios de Cambises II o a prisioneros llegados desde Babilonia.
Alejandro Magno y Babilonia
En el año 332 a. C., tras más de una semana sufriendo fiebres altas, Alejandro Magno murió el 10 o el 11 de junio en el palacio de Nabucodonosor de Babilonia. Las causas de su muerte han sido ampliamente debatidas. Desde que se hubiese intoxicado hasta que sufriese malaria o meningitis. Hoy en día existen fuertes controversias sobre el paradero de su tumba.
Fuentes y referencias
- ANDRAE, W. (2010), Memorias de un arqueólogo. Viajes y descubrimientos alemanes en Babilonia y Asiria, Ediciones del Viento, La Coruña.
- ESPEJEL ARROYO, F. (2020), La Antigua Babilonia. Historia y Arqueología, Publicación independiente.
- MONTERO FENOLLÓS, J. L., (2010), La Torre de Babel. Historia y Mito, Tres Fronteras, Murcia.
- MONTERO FENOLLÓS, J. L., (2012), Breve Historia de Babilonia, Nowtilus, Madrid.
- VVAA. (1999), «Robert Koldewey y Babilonia (1899-1999). Centenario del Redescubrimiento», Cuadernos del Seminario Walter Andrae 1.
- https://www.estudio447.net/
- https://cdli.ucla.edu/
- https://www.history.com/topics/ancient-middle-east/babylonia
- https://www.ancient.eu/babylon/
- https://www.britannica.com/place/Babylon-ancient-city-Mesopotamia-Asia