Dios Marduk

¿Quién era el dios principal de Babilonia?, ¿qué quiere decir Marduk?, ¿cómo y cuándo se convirtió en el dios supremo de Mesopotamia? Aquí te contamos todo sobre la leyenda del dios.

Marduk y su dragón

El dios tutelar en las ciudades mesopotámicas

Cada ciudad de la antigua Mesopotamia tenía un dios patrón que se encargaba de protegerla y del que dependia su prosperidad. De hecho, según el pensamiento de los mesopotámicos, la ciudad se fundaba para ser morada del dios, el cual vivía en el templo, y la prosperidad de dicha ciudad dependía de la buena relación entre el dios y los reyes.

¿Quién era el dios Marduk?

Según la mitología sumeria, Marduk era uno de los pequeños dioses del panteón mesopotámico durante el III milenio a. C., hijo de Enki y Damkina o Ninhursag y padre del dios de la escritura, Nabu. Se trataba de un dios sin excesiva importancia, lejos de lo que se convertiría, con el tiempo, en el I milenio a. C. Los sumerios le conocían con el nombre de AMAR.UTU, cuyo significado es “becerro solar” y en época babilonia su nombre probablemente se pronunciase Marutuk.

Genealogía de Marduk

Originalmente parece que Marduk era el dios de las tormentas eléctricas, pero el poema del Enuma Elish narra como llegó a ocupar el lugar principal del panteón mesopotámico tras derrotar a Tiamat, un monstruo o dios que representaba al caos.

La diosa que con mayor frecuencia aparece citada en los textos como su esposa en Zarpanitu o Sarpanitu, y cada año se celebraba en Babilonia el matrimonio entre ambos.

Pero, ¿cuáles eran los principales rasgos de la personalidad de Marduk?

Según el poema del Justo Sufriente, Marduk era un dios de contrastes. Era un dios calmado pero a la vez furioso, implacable pero clemente, de corazón blando y de mano dura.

Zarpanitu. La esposa

La esposa de Marduk, y por tanto su consorte, era Zarpanitu o Zarpanitum, una diosa madre cuyo nombre significa brillante como la plata, aunque algunos textos se refieren a ella como “hembra”. Fue quien le dio a Marduk su único hijo, Nabu, el patrón de Borsippa y dios de la escritura y la sabiduría.

En un himno babilónico se pide a Zarpanitu que interceda ante el dios Marduk, por lo que debió ser una diosa protectora y benevolente.

Marduk, hijo de Enki, y Babilonia

La figura de Marduk está ligada a la de Babilonia, ciudad de la que fue dios principal. Además, Marduk fue el rey supremo del panteón babilónico, pero como acabamos de ver en el apartado anterior esto no siempre fue así. Al igual que la ciudad de Babilonia era una entidad sin importancia hasta el II milenio a. C., Marduk era una divinidad casi desconocida hasta que se produje el auge de la ciudad con Hammurabi.

Pero el papel de Marduk en Babilonia iba mucho más allá. En realidad, el rey era considerado el delegado de Marduk, por lo que en cierta medida el dios estaba presente en los designios de la ciudad, ya que el rey era su mensajero. Todo ello hace pensar que desde los tiempos de Hammurabi uno de los requisitos para reinar el Babilonia era rendir culto a Marduk.

Una muestra de ello podría ser la siguiente frase recogida en el prólogo del Código de Hammurabi:

Príncipe piadoso, temeroso de mi dios (Marduk), para proclamar el derecho en el País, para destruir al malvado y al perverso, para impedir que el fuerte oprimiera al débil

Tal fue la importancia del dios, que en honor a Marduk se celebraba la fiesta más destacada de Babilonia, la del Año Nuevo. En esta festividad, que se prolongaba durante varios días y en la que participaban todos los dioses de Babilonia, el rey trataba de conseguir el favor de Marduk para ese año.

Aunque la celebración de la ciudad de Babilonia sería la más importante, la fiesta de Año Nuevo se celebraría también en varias ciudades del reino.

La elevación de Marduk a dios principal

Con la llegada de Hammurabi al trono de Babilonia no solo cambió la historia de la ciudad, si no también la de su dios protector. A partir de ese momento la ciudad comenzó a ganar importancia, extender su territorio, su influencia y a su dios nacional, Marduk, en numerosas ocasiones mencionado como como “Bel” o “Señor”, se le colocó en la cúspide del panteón sustituyendo a Enlil, y se le construyeron dos fastuosos templos.

Hammurabi supuso un cambio de rumbo para la ciudad de Babilonia, su espectacular ascensión estuvo acompañada la de su dios, Marduk, pero este se trataba de un dios secundario por lo que Hammurabi hubo de esforzarse para situarlo entre los grandes dioses. En el prólogo de su famoso código de leyes, intenta situar a Marduk en la cúspide, ocupando el lugar del dios supremo sumerio, Enlil. Así en el prólogo del Código de Hammurabi se dice:

Cuando Anu, el altísimo rey de los Anunnaki, y el divino Enlil, señor de los cielos y la tierra, que prescribe los destinos del país, le otorgaron al divino Marduk, al primogénito del dios Enki, la categoría de Enlil de todo el pueblo.

Como vemos Hammurabi sitúa a Marduk a la cabeza de los grandes dioses. Pero esta debió ser una tarea difícil y larga. Consciente de ello, al final del Código, Hammurabi realiza una exhortación a los grandes dioses para que castiguen a quien destruya la estela y entre estos grandes dioses no aparece Marduk. No sería hasta finales del II milenio cuando Marduk fue aceptado por todos como el rey supremo de los dioses sustituyendo a Enlil.

Representación del dios Marduk

Las representaciones del dios Marduk son escasas. En un primer momento su símbolo era una pala o azada, símbolo de la fertilidad, aunque la representación más conocida es en la que aparece como un dragón, tal y como sucede en la puerta de Ishtar. Otros animales sagrados que representaban a Marduk eran los perros y los caballos. En unos pocos sellos cilíndricos también aparece con forma antropomorfa y, en ocasiones, también aparece caminando o de pie sobre un carro de guerra, con una túnica decorada con estrellas y suele portar un cetro, una lanza o un rayo.

El culto a Marduk en Babilonia

En Babilonia se dedicaron 2 templos a Marduk, el Esagila y el templo de la cima del Etemenanki, el zigurat de Babilonia. Este último se situaba en la última planta del zigurat, conocido por los babilonios como Etemenanki y que sería la famosa Torre de Babel de la Biblia. No se ha conservado ningún resto de este templo, aunque sí se conservan dos dibujos del mismo en una tablilla. Gracias a él sabemos que tenía una planta superior y que la planta inferior estaba formado por 12 salas y tenía 2 puertas. La fachada exterior del templo estaba decorada con ladrillos vidriados azules.

El Esagila de Marduk es el templo más conocido de Babilonia. El Esagila fue construido con ladrillos unidos con asfalto y estaba formado por un edificio principal casi cuadrado de 85 por 79 m. con un patio central. El Esagila, como santuario principal, era sede de rituales y fiestas como la de Año Nuevo, conocida como akitu por los babilonios.

La primera vez que las fuentes mencionan la realización de trabajos en el Esagila es durante el reinado de Sabium (1844-1831 a. C.), cuando se realizaron unas reformas para ampliarnos, lo que nos lleva a pensar que ya antes de Hammurabi, Marduk debió adquirir cierta importancia en Babilonia

Otros lugares de culto a Marduk

Además del Esagila y Etemenanki, en las afueras del distrito sagrado de Babilonia se encontraba la “Casa del Akitu“, donde se celebraba el festival de Año Nuevo frente a la estatua de Marduk. Otras ciudades en las que se le rindió culto fueron Nippur, Sippar y Borsippa.

El dios Marduk y el origen del universo

Los mesopotámicos concebían la tierra como un disco plano y sobre ella el cielo, una bóveda en la que se encontraban los astros, y bajo ella el infierno, el mundo subterráneo, rodeado todo el mundo por un mar primordial.

En un documento procedente de Sippar se narra que Marduk construyó una balsa sobre las aguas, la recubrió de polvo, y de esta forma creó la tierra.

Sin embargo, el Enuma Elish cuenta que en el origen el cielo, la tierra y el mar se confundían en el caos. De él surgieron varios dioses y tras la muerte del Apsu, el agua dulce, Tiamat, que representaba el mar, declaró la guerra al resto de dioses. Será Marduk quien acabe con ella y de su cuerpo creará las montañas, los ríos Éufrates y Tigris y, después, asignó a cada dios una tarea. Para agradecer a Marduk haberles librado de la tiranía de Tiamat, el resto de dioses construyeron el Esagila de Babilonia en su honor.

La celebración del Kispum

En Babilonia, al igual que en el resto de Mesopotamia, se realizaba la ceremonia del Kispum, un banquete funerario que, según parecen mencionar los textos, se celebraba de manera mensual y con carácter anual durante el solsticio de verano. Se trataba de de una ceremonia de culto a los muertos, que se prolongaba durante varios días y en la que participaban los dioses Ea, como dios del inframundo; Shamash, como dios del sol y la justicia y Marduk, como dios tutelar de Babilonia.

No sabemos en que lugar se celebraba el Kispum, pero por documentos procedentes de otras ciudades es de suponer que los actos se realizaban tanto en los templos de Babilonia como en los alrededores de la ciudad.

La deportación de la estatua de Marduk

La importancia de Marduk para Babilonia era conocida por el resto de potencias próximo-orientales. De ahí que hasta en dos ocasiones la estatua de Marduk fue deportada tras ser saqueada la ciudad. La primera de ellas cuando Babilonia fue atacada por los hititas en 1595 a. C. y estos se llevaron un rico botín entre el que se encontraba la estatua de Marduk y su esposa. La segunda vez que la estatua del dios fue deportada tuvo lugar durante la intervención de Elam en torno al año 1155 a. C. Aquel entonces el monarca babilonio fue hecho prisionero y llevado hasta Susa, capital elamita, junto a la estatua del dios de la ciudad.

Durante el tiempo que la estatua estaba fuera de Babilonia no se podía celebrar la “Fiesta del Akitu” o de Año Nuevo, ya que se consideraba que sin su dios la ciudad estaba desprotegida. Es más, según la “Profecía de Marduk”, cuando la estatua del dios estaba ausente pasaban cosas tan terribles como que los cadáveres bloquean las puertas de la ciudad, los hermanos se comen entre ellos o los amigos se golpean con mazas.

Mitos en los que aparece el dios Marduk

Si hay un texto mitológico por excelencia en Mesopotamia ese es el Enuma Elish, literalmente “cuando en lo alto”. Comúnmente se le considera una epopeya de la creación, cuando en realidad debería ser una elevación del dios Marduk a la cúspide del panteón mesopotámico.

Marduk y el poema Enuma Elish

Como acabamos de mencionar, el Enuma Elish lo que pretende es justificar la preeminencia absoluta de Marduk sobre el resto de dioses.

El libro del Enuma Elish tiene unos 1100 versos distribuidos en 7 tablillas, cada una de las cuales contiene unos 150 versos. Se conservan unos 60 ejemplares manuscritos de esta obra y, aunque todos ellos están fragmentados, el texto es bien conocido.

En un primer momento se pensó que el Enuma Elish se compuso durante el reinado de Hammurabi. Esto es, entre el 1792 y el 1750 a. C., pero posteriormente esta fecha se rebajo en unos 500 años, de tal forma que hoy se acepta la propuesta de G. W. Lambert de que el Enuma Elish se redactó durante la dinastía de Isin, entre el 1156 y el 1025 a. C.

Los ejemplares más antiguos conocidos del Enuma Elish son posteriores a la caída del Imperio neobabilónico y es que el testo se siguió copiando tiempo después, pues se consideraría una obra maestra de la literatura. A favor de su popularidad está el hecho de que todos los manuscritos fueron copiados exactamente igual, reproduciendo el mismo texto.

Pero ¿por qué se piensa que fue en el último cuarto del II milenio a. C. y no en otro momento cuando se produjo la redacción del Enuma Elish?

Esto es debido a que con la dinastía de Isin, Babilonia vivió una época de euforia y seguridad política corroborada con la victoria de Nabucodonosor I sobre los elamitas. Este triunfo posibilitó la vuelta a Babilonia de las estatuas del dios Marduk y de su esposa Zarpanitu, que previamente habían sido secuestradas por los elamitas y llevadas a su país.

Tras mucho tiempo exiliado en Elam, la vuelta de Marduk fue el acontecimiento que posibilitó el reconocimiento de su superioridad y primacía sobre el resto de dioses de Mesopotamia. El Enuma Elish tan solo tenía la finalidad de hacer pública, promover y dar carta de naturaleza a dicha superioridad y supremacía.

Marduk podía considerarse un recién llegado al panteón mesopotámico, por lo que el interés fundamental de los autores radicaba en glorificar su figura. Además, Babilonia era una ciudad de segunda fila que no llegó a tener un papel fundamental en la historia de Mesopotamia hasta la llegada de Hammurabi, el cual la convirtió en una metrópoli, capital de un imperio que dominaba toda la región, y que supuso un nuevo punto de partida tanto en el orden político como cultural.

Teniendo en cuenta que en la antigua Mesopotamia se consideraba que los dioses compartían el destino, el progreso y la ruina de las ciudades que caían bajo su protección, el nuevo papel político de Babilonia debía conferir a su patrón, Marduk, un lugar equivalente en el universo divino.

Para este proceso de promoción de Marduk fueron necesarios varios siglos, durante los cuales la importancia religiosa de Marduk fue creciendo poco a poco, hasta que en la creencia popular se le llegó a conceder un rango tan alto como el que ya ocupaba en las instituciones del estado.

El Justo Sufriente. Marduk y la Biblia

En la antigua Babilonia la enfermedad y la muerte podía estar causadas por causas naturales o debido a algún castigo enviado por los dioses o demonios. Este es el caso que se recoge en el poema conocido como Justo Sufriente, un relato recogido en 4 tablillas en dónde aparece un hombre noble y rico, llamado Shubshi-Meshre-Shakkan, sin problemas de salud, al que de repente, un día, debido a un designio de Marduk comienza a padecer todo tipo de males y enfermedades.

El protagonista del relato recogido en 4 tablillas, un precedente del santo Job de la Biblia, finalmente recuperará la felicidad gracias a que Marduk se apiada de él y le devuelve la salud. El poema termina con la vuelta del Job babilonio a su vida anterior y dando gracias a Marduk por haberse apiadado de él.

La profecía de Marduk

En Assur, en la conocida como “Casa del Exorcista”, se encontró un texto al que se le dio el nombre de “Profecía de Marduk“. En realidad se trataría de una copia de otro anterior que relata el viaje de Marduk al país de Hatti y a Elam para recuperar las estatuas suyas que había sido saqueada por los hititas y los elamitas.

El texto se redactó para celebrar la victoria de Nabucodonosor I sobre los elamitas. En ella, se cuenta que tras el robo de Marduk, la ciudad de Babilonia había sido abandonada por el resto de dioses y era víctima de pestes y plagas, pero Marduk lanza una profecía en la que predice que Babilonia será salvada por un nuevo rey.

NEXT post

La Torre de Babel

Fernando

Fernando

Me llamo Fernando Espejel y soy doctor en Estudios del Mundo Antiguo por la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid. Me apasiona todo lo relacionado con la arqueología del Próximo Oriente y he participado en diversos congresos nacionales e internacionales.