El río Éufrates dividía la ciudad de Babilonia en dos partes unidas por un puente que, por lo que describen las fuentes antiguas, debió ser fastuoso. Para el historiador romano Quinto Curcio, este se encontraba entre las maravillas de Oriente.
Heródoto de Halicarnaso nos dice sobre el puente: «con las piedras que había extraído hizo construir un puente uniendo las piedras con hierro y plomo. Y encima del puente extendía, cuando era de día, unas tablas cuadradas sobre las cuales hacían la travesía los babilonios; pero por las noches quitaban estas tablas, y ello para evitar que merodeando a favor de la noche, se robasen los unos a los otros» (Historias I, 186).
La excavación del puente
La misión arqueológica alemana que excavó el puente de Babilonia parcialmente, gracias a ellos sabemos que estaba formado por 6 pilares de caliza en forma de nave, de 9 m de espesor y separados entre sí por 9 m. En total. el puente tendría una longitud de entre 125 y 135 m. y estaba realizados en ladrillos de adobe cocidos que fueron unidos con betún. Estos materiales utilizados, adobe y betún, se podrían obtener sin dificultad en los alrededores de Babilonia.
Dicho puente fue construido por Nabopolasar y restaurado por Nabucodonosor II.
Características del puente de Babilonia
El de Babilonia fue el puente monumental más antiguo del mundo, con los pilares en forma de quilla para que el agua no presionara en exceso sus bases. A su alrededor, y en cada una de las orillas del río, se construyeron malecones, lo que hacían de la zona un verdadero puerto fluvial.
Según los autores clásicos, la calzada del puente estaba realizada con planchas de cedro y ciprés, colocadas sobre troncos de palmeras. Otros piensan que se trataba de unas pasarelas de madera que iban de un pilar a otro y se quitarían para permitir el paso de barcos o se dejarían puestas en caso de acercarse algún enemigo. Esta última hipótesis supondría que el puente de Babilonia era movible.
