Descubrimiento de Nínive

El primero en identificar las ruinas de Nínive fue C. J. Rich, aunque habría que esperar a las excavaciones francesas y, sobre todo, a las británicas de A. H Layard para descubrir cómo era realmente la antigua Nínive.

Descubrimiento de Nínive

La identificación de las ruinas de Nínive

En 1820 Claudius James Rich realizó un viaje por el Kurdistán visitando varios sitios arqueológicos, entre ellos los tells de Kuyunjik y Nebi-Yunus que creyó identificar con la antigua Nínive, de hecho desde la Edad Media se pensaba que aquellas ruinas podían corresponder a la antigua ciudad de Nínive. pero las averiguaciones de Rich no fueron mucho más allá.

Los primeros trabajos franceses en Nínive

En 1840 A. H. Layard, el futuro excavador de las ruinas, y Charles Texier, el descubridor de Hattussa, estuvieron en el sitio realizando lo que se puede catalogar una visita de reconocimiento. Dos años más tarde el gobierno francés decidía abrir un consulado en Mosul. El cargo de cónsul le fue asignado a Paul-Émile Botta.

Retrato de A. H. Layard
Retrato de A. H. Layard

Una de los primeros trabajos de Botta en el consulado fue iniciar unas excavaciones en Kuyunjik en diciembre de 1842. En los 3 primeros meses las excavaciones fueron decepcionantes. Solo descubrió unas inscripciones en ladrillo y piedra, hasta que finalmente, los lugareños le indican un lugar cercano,, en Jorsabad, a algo más de 10 km de Nínive, en el que aparecían hallazgos sorprendentes. Entonces Botta decide visitar el nuevo sitio, cuya excavación comenzará el 20 de marzo de 1843. Se trataba de la antigua Dur Sharrukin, la capital fundada por Sargón II.

A. H. Layard y el descubrimiento de Nínive

Tras el abandono de Botta, Gran Bretaña mandó a su embajador en Constantinopla a investigar la zona de Kuyunjik. Un todavía joven A. H. Layard, acompañado del guía Stratford Canning, tuvo que lidiar con una compleja burocracia y en un ambiente social y religioso difícil, inconvenientes que Layard superó gracias a sus grandes dotes diplomáticas y comenzó a excavar en Nínive y la cercana Nimrud en 1847.

En ese año Layard excavó el «palacio sin rival» de Senaquerib o la conocida biblioteca de Assurbanipal, aunque Layard abandonó pronto el yacimiento y los trabajos ingleses continuaron primero bajo el mando de H. Rassam y, más tarde, bajo G, Smith.