Cartografía en la antigua Babilonia

La Babilonia de Hammurabi (hacia el 1.750 a.e.c.) consolidará, en la memoria de los pueblos de la región, el prestigio de esta ciudad, cuyo nombre será sinónimo de reino o imperio, que, en lenguaje de la época, se traducía con el reconocimiento “internacional” del título de “Gran Rey” de sus soberanos, ese prestigio subsistirá a lo largo del tiempo pese a los períodos de dominación extranjera sobre el territorio babilónico, prácticamente seguirá a la ciudad hasta su declive y desaparición, ya en época seléucida.

El mundo babilónico

El mundo babilónico tiene ya unos horizontes geográficos más amplios que su antecesor, sobre todo si se tiene en cuenta el período predinástico y clásico de Sumer.

El universo babilónico incluye tanto a la Alta como a la Baja Mesopotamia, el Elam y algunas zonas de la meseta irania, así como Siria y el litoral sirio-cananeo, que limitan con lo que las antiguas fuentes babilónicas denominan el Gran Mar, que no es otro que el Mediterráneo, igualmente se tienen contactos con Egipto, Arabia y Anatolia. Estos nuevos límites se reflejan en la evolución de la ciencia de las listas, que siguen cultivando los babilonios, que muestran ya unos horizontes mucho más amplios que los sumerios y akkadios. Los aspectos geográficos y territoriales de las listas se amplían e incluyen enumeraciones administrativas, religiosas y comerciales, además se introducen aquí dos nociones nuevas: la distancia y el itinerario.

El mapa de Nippur

En ocasiones se producen documentos sorprendentemente elaborados, tanto por sus detalles como por su precisión, buena muestra de ello es un mapa de la antigua ciudad sumeria de Nippur, datado hacia el 1.500 a.e.c. (antes de la era común) y confeccionado durante el período de la dinastía cassita de Babilonia, aunque no es improbable que este plano fuese una copia de un original sumerio anterior.

Esta posibilidad queda reafirmada por la mayor abundancia en el mapa de inscripciones en lengua sumeria que en akkadia, además las unidades de medida empleadas son típicamente sumerias –como el gar sumerio, que equivalía a seis metros-.

La tablilla de arcilla en la que se encuentra dibujado el plano mide 21 centímetros de largo por 18 de ancho. En ella se observa el trazado de las murallas y las puertas de la ciudad, figuran también los principales edificios de Nippur, su parque y jardines, así como el río y numerosos canales.

Un plano urbano

Lo más sorprendente de este plano urbano es la fidelidad de las indicaciones topográficas y de las medidas y escalas empleadas en él, ya que lo representado en este documento corresponde, casi exactamente, a lo descubierto en las excavaciones arqueológicas realizadas en Nippur.

La toponimia de la tablilla menciona diferentes nombres, en el centro aparece el nombre oficial de la ciudad –Enlilki, que significa “el lugar de Enlil”-, se indican también los principales monumentos y santuarios, así se sitúan el Ekur o “Casa de la Montaña” –que fue el templo más famoso de Sumer-, el Kiur –un templo dedicado a las divinidades infernales-, el Esmah o “Santuario Sublime”.

Ocupando un lugar destacado, en el centro del núcleo urbano, se encuentra el principal canal de agua de Nippur, es el Idsahuru, que significa “Canal del medio de la ciudad”. Por su parte, y entre los ángulos sudeste y sudoeste de las murallas, se muestran los jardines del Kirishauru –nombre que, literalmente, significa “el Parque del centro de la ciudad”-. El río Éufrates discurre por el exterior de las murallas, por el sudoeste, y viene designado por el topónimo “Buranun”, su antiguo nombre sumerio.

Especial relevancia se da al recinto amurallado y a las estructuras defensivas, de todo ello se proporcionan numerosos detalles. En el exterior de las fortificaciones del sector noroeste y sudeste aparecen indicados dos fosos, que vienen mencionados por el topónimo akkadio hiritum, que literalmente significa foso, hecho que podría sugerir que estas instalaciones fuesen posteriores al perímetro amurallado original.

También figuran las diferentes puertas que flanquean la ciudad, en la muralla sudoeste constan tres puertas: Kagal Mussukatim, Kagal Mahn o Puerta Sublime y Kagal Gula o Puerta Grande. Hacia el sudeste se abren otras tres puertas: Kagal Nannar –dedicada al dios lunar Nannar o Enzu-, Kagal Uruk o “Puerta de Uruk” y la “Puerta frente a Ur” o Kagal Igibiurishe. Al noreste de las defensas existe una sola puerta dedicada al dios Nergal, es la Kagal Nergal.

Conceptualización cartográfica del plano urbano

Contemplemos un poco más este mapa, una de las cosas que llama poderosamente la atención de él es que el lenguaje y los conceptos cartográficos utilizados son completamente modernos, así, las partes que se consideran esenciales de la ciudad, aparecen perfectamente dibujadas y exhaustivamente indicadas a través de la toponimia, que no es gratuita sino que explica, en buena medida, la función de cada uno de los elementos representados y que incluso facilitan la orientación del plano –gracias al nombre de dos de las puertas: la de Uruk y la situada frente a Ur-.

Por su parte las escalas y la traslación de las medidas reales a un plano están realizadas con una exactitud y una maestría notables. Todo ello indica que cuando se trata de moverse dentro de los límites del territorio concreto y cotidiano, la capacidad de representación de éste era, salvando las distancias, notablemente similar a la nuestra, y, sobre todo, que los conceptos que nosotros utilizamos –y que implican como visualizamos el territorio y transmitimos ese mensaje por medio de unos símbolos- ya existían y eran utilizados corrientemente hace más de 3.500 años. Así lo que se deja a la imaginación es simplemente aquello que no se conoce y acerca de lo cual se especula, actitud que, por lo demás, se mantiene plenamente vigente.

Mapa babilónico del mundo – Una representación más abstracta

La cosmogonía babilónica sigue las mismas premisas básicas que la sumeria, con la lógica diferencia de que ahora el centro del mundo lo ocupa el territorio conocido por los babilonios, la Tierra es un disco plano que flota en el océano y la forma del universo es circular.

Esta concepción es la que puede verse en el único mapa babilónico del mundo que se posee, y que, cronológicamente, pertenece al período neobabilónico aunque recoge indicaciones de la época de Sargón de Akkad, donde, en una tablilla de arcilla, se muestra el universo y el funcionamiento del mismo.

En esta representación del mundo babilonio los rótulos, en escritura cuneiforme, indican los nombres de la capital y de los ríos Éufrates y Tigris. Aquí las montañas aparecen en forma de triángulos que rodean a la masa terrestre y se representan en los bordes exteriores del círculo, tal vez con la voluntad de dar una perspectiva realista que refleje las diferencias de altitud entre los distintos niveles de terreno, la tierra se muestra como una masa continental en forma de disco rodeada por el mar. Esta misma concepción circular del universo –aunque, naturalmente, ampliándose el espacio conocido- seguirá registrándose posteriormente en numerosas producciones cartográficas, llegando incluso hasta las postrimerías de la Edad Media.

Fernando

Fernando

Me llamo Fernando Espejel y soy doctor en Estudios del Mundo Antiguo por la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid. Me apasiona todo lo relacionado con la arqueología del Próximo Oriente y he participado en diversos congresos nacionales e internacionales.