Nabateos

Los nabateos fueron un pueblo de la península arábiga, nómadas en su origen, que en torno al siglo IV a. C. se asentaron en la zona de Petra, creando un próspero reino que controlaba las pistas comerciales de Oriente. ¡Entra y descubre más de los nabateos de Petra!

Nabataean Tombs of Petra

¿Quiénes eran los nabateos?

Los nabateos que construyeron la ciudad de Petra son uno de los pueblos que habitaron la península Arábiga en la antigüedad. Pero la península Arábiga presenta una disparidad de regiones que también se documenta arqueológicamente. Mientras que en el este y el sur de Arabia se documentan grandes ciudades, el norte y el centro evidencia una escasa ocupación sedentaria.

La fractura entre nómadas y sedentarios aparece en los textos antiguos, que ya permiten entrever elementos de nomadismo en Arabia. Uno de estos pueblos nómadas, los nabateos, ocuparon en el siglo VI a. C. la región en la que ha comienzos del I milenio a. C. se asentaron los edomitas, haciendo de Petra un lugar de reunión de sus tribus, pasando a formar parte de la historia de Jordania.

Los nabateos en los autores clásicos

Nuestro conocimiento de la Arabia central y septentrional a partir del periodo greco-romano y parto es mayor al de la meridional gracias a los trabajos de Estrabón, Plinio el Viejo y Ptolomeo, quienes proporcionan sus conocimientos sobre la región y, además, incorporan fuentes anteriores.

En las fuentes escritas se menciona que los nabateos son descendientes de Bnayut, uno de los hijos de Ismail Bin Ibraim. Ismail tenía 12 hijos, la mayoría ubicados en Najad, pero tuvieron que huir tras el ataque de Asurbanipal al wadi Araba, entre el Mar Muerto y el Golfo de Aqaba.

A lo anterior hay que añadirle que algunos de los pueblos árabes, como por ejemplo los nabateos, comenzaron a desarrollar sistemas de escritura. Y si nos referimos a ellos como pueblos árabes es porque fueron descritos como tales por los escritores greco-romanos y por investigadores modernos. Entre estos árabes se encontrarían los nabateos de Petra o los habitantes del valle del Orontes, Hatra o Palmira.

Los nabateos en la Biblia

Varios investigadores identifican a los nabateos con la tribu de Nebayot que aparece citada en la Biblia en varios capítulos del Génesis, de ahí que se les relacione con Ismael, primogénito de Abraham y antepasado de los árabes. Sin embargo, a pesar de esto y lo que veíamos en el apartado anterior, no existen evidencias claras que confirmen o desmientan su carácter árabe.

Evolución de la tribu de los nabateos

Origen de la tribu de los nabateos

Ya desde el siglo VIII a. C. el comercio de perfumes y especias entre Arabia y el Mediterráneo se encontraba desarrollado por las tribus del norte de Arabia, lo que chocaría con las ansias de expansión de los monarcas asirios y babilonios.

Los pueblos del norte de la península Arábiga, entre los que se encontrarían la tribu de los nabateos, sufrieron continuos enfrentamientos con las grandes potencias proximo-orientales: Babilonia y Asiria, por hacerse con el control de las rutas comerciales.

En su origen los nabateos eran una tribu nómada del sur de Arabia que en un momento indeterminado emigraron hacia el norte, hasta la actual Jordania, donde en el siglo IV a. C.  llevaban una existencia seminómada en la zona donde surgiría la ciudad de Petra.

Los nabateos asentados en Petra

Si creemos lo que nos cuenta Estrabón, a mediados del siglo II a. C. los nabateos ya habrían terminado su proceso de sedentarización, creando una ciudad y un reino nabateo, cuya capital era Petra, y en el que gobernaba una dinastía real.

Los nabateos eran, principalmente, comerciantes, y basaban su riqueza en el comercio caravanero, de ahí que evitasen entrar en guerras y su política exterior estuviese encaminada a controlar y mantener estables los territorios por los que discurrían las rutas comerciales. Pero esto no quita para que aprovechasen cualquier situación favorable para continuar con la expansión de su territorio hacia el norte.

La ascensión de los nabateos

En época helenística los nabateos se mantuvieron relativamente independientes, aunque enfrentados a los tolomeos de Egipto por el control de las rutas marítimas. Existe constancia en las fuentes de la existencia de piratas nabateos que atacaban barcos egipcios, incluso se solicitó la mediación de un tercero para buscar la paz entre egipcios y nabateos.

En el este, los nabateos tenían como vecinos a los seleúcidas, con los que de vez en cuando entraban en conflicto. Entre los años 88 y 87 a. C., el rey Antíoco XII emprendió una batalla contra los nabateos que resultó un absoluto fracaso e incluso le costó la vida al seleúcida. La contienda se saldó con la victoria de los nabateos, dirigido por su rey Obodas I, quien se le considera el fundador de la dinastía nabatea.

Obodas I fue sucedido por Aretas III, quien expandió el reino nabateo a costa de los seleúcidas que pasaban por una época de debilidad y que propició no solo la expansión de los nabateos, sino la independencia de los judíos.

Los nabateos y Roma

A pesar del aumento territorial del reino nabateo, desde la anexión del reino de Pérgamo, los romanos pretendían extender su dominio a todo Oriente Próximo. Primero consiguieron que el de los nabateos se convirtiese en un reino clientelar tras un intento de conquistar la ciudad de Petra que terminó con la firma de una paz entre Roma y Petra.

El máximo apogeo del reino nabateo

Bajo la clientela de Roma y con el reinado de Aretas IV a comienzos del siglo I d. C. el reino nabateo experimentó su época de mayor esplendor. Petra era una ciudad rica y espectacular que fue adornada con jardines, fuentes y estanques. Ahora empieza a utilizarse con mayor frecuencia la lengua griega debido a la influencia helenística que incluso hizo que algunos dioses nabateos se asimilasen a los griegos.

Estas costumbres griegas fueron introducidas en Petra por las élites nabateas, que incluso llegaron a introducir costumbres tan propias del mundo griego como el banquete o simposio.

Características del pueblo nabateo

La sociedad nabatea

La forma de gobierno implantada por los nabateos en Petra era la monarquía, pero llama la atención que existiesen ciertos rasgos que podríamos llamar «democratizadores», como que el monarca tuviera que dar explicaciones ante la población en asambleas.

Tal es el desarrollo que alcanzó la sociedad nabatea que fueron capaces de desarrollar un sistema de escritura propio conocido como «escritura nabatea» del que se conservan varias inscripciones en todo el área de Petra.

La propia ciudad de Petra estaba rodeada de pequeños centros con unas características similares. Todos ellos se encontraban junto a una pista que proveniente de Siria, Arabia o la península del Sinaí y contaban con mercados, reservas de agua y un caravasar, un tipo de construcción característica de las pistas con un importante tráfico de caravanas que se encontraba fortificado y servía para dar cobijo y alimento a la caravana comercial. Incluso existieron algunos centros con acrópolis, templos o teatros. O el caso de Beida, un centro en el camino hacia el norte con extensas áreas para la agricultura que le permitiría resistir un asedio.

La economía de los nabateos

Las gentes del reino nabateo, interesadas por el comercio, surcaron pistas milenarios en usos desde el IV milenio a. C. a lomos de dromedarios. Pero los nabateos no solo eran buenos comerciantes, también eran buenos agricultores, ganaderos, ingenieros, arquitectos y canteros.

La agricultura debió estar prohibida por las leyes nabateas en un primer momento, pero con el tiempo salvaron la dificultas del terreno para cultivar y construyeron canales, pozos y aljibes, adoptaron los sistemas de cultivo que indican el alto nivel técnico en la agricultura de los nabateos.

En cuanto a los recursos propios de los nabateos, la principal fuente de ingresos fue el control de la producción de betún del Mar Muerto, un producto muy apreciado para para cerrar las juntas de las maderas de los barcos y muy utilizado en el antiguo Egipto para embalsamar. Como buenos ganaderos, criaban caballos muy apreciados por los romanos para circos y carreras y también poseían grandes rebaños de ovejas.

El cobre también fue un producto muy explotado. Este metal se extraía de minas como las de Feinan en el wadi Arabah. Tampoco debemos olvidarnos que una buena fuente de ingresos para algunos nabateos era el proxenetismo. A este respecto el papiro de Zenón recoge la existencia de proxenetas nabateos que viajan por Oriente Próximo con una colección de prostitutas.

Su control de las rutas comerciales, llevó a los nabateos a controlar el comercio de especias e incienso procedentes de lugares tan alejados como Alejandría, las islas griegas de Cos, Delos y Rodas, Puteoli en la península Itálica o Asia Menor, donde está atestiguada la presencia de comerciantes nabateos. En sus viajes a la Arabia Felix llevaban consigo aceite de oliva, coral, vidrio, caña de azúcar o esclavos con los que obtendrían pingües beneficios. Parece que los nabateos también comerciaban con mujeres, a las que vendían como esclavas sexuales.

Pero además eran buenos navegantes. Hay constancia en relatos de Diodoro Sículo o Estrabón de que los nabateos practicaron la piratería y saqueaban barcos egipcios en el Mar Rojo. Si bien es cierto que es poco lo que se sabe de las actividades marítimas de las gentes de Petra. Existen unas pocas referencias textuales a la existencia de un comercio marítimo entre los Ptolomeos de Egipto y los nabateos y tampoco sabemos si las fuentes clásicas que hablan de actividades piráticas dicen la verdad.

La cerámica nabatea destaca por su variedad y riqueza y ha sido clasificada por los expertos en varios grupos y subgrupos. De ellos, llaman la atención los objetos de mucha calidad, de pasta rojiza ,muy decantada, engobados, con formas elegantes y decorados con una pintura muy peculiar.

La moneda nabatea

Los nabateos comenzaron a acuñar moneda durante e siglo II a. C., lo que indicarían que gozaban de independencia política y económica. En cualquier caso las moneda de los nabateos son relativamente bien conocidas aparecen con frecuencia en las tumbas y suelen ser de bronce o plata.

A finales del siglo I d. C., Aretas III acuño monedas con una leyenda en griego, lo que nos habla que por aquel entonces los nabateos sufrían una fuerte helenización.

Arquitectura y arte de los nabateos

La arquitectura nabatea ha podido ser estudiada en las tumbas y monumentos funerarios o religiosos. Existen diferente tipos de tumbas según sus características arquitectónicas, pero todas tienen en común que fueron talladas en la roca y muchas de ellas presentan mezclas de estilos griegos y romanos.

En cuanto a la cerámica encontramos formas variadas, pero los nabateos gustaban de pulir sus piezas y decorarlos con motivos florales o animales. Por su parte, la escultura nabatea presenta características similares a la escultura griega o romana, acostumbrando a mostrar rostros con un tinte dramático y el pelo ondulado. Con el tiempo las representaciones escultóricas se fueron haciendo más estilizadas.

La religión de los nabateos

Los nabateos eran politeístas. Adoraban a multitud de dioses entre los que se encontraban divinidades de origen árabe y grecorromano. Sin embargo, los nabateos no representaban a sus dioses, tan solo tallaban piedras generalemnte cuadradas, dándoles un cierto estilo geométrico. Son los llamados betilos que colocaban en templos u otros lugares sagrados para ellos.

La única referencia de las fuentes clásicas a la religión de los nabateos nos la ofrece Estrabón, quien nos dice que adoraban al sol y construían altares en los tejados de sus casas en los que realizaban libaciones. Esta cuestión no está documentada arqueológicamente, aunque se sabe que algunos dioses nabateos tenían connotaciones astrales.

Dioses nabateos

A continuación te dejamos una lista con los principales dioses nabateos:

  • Dushara: Dios tutelar de Petra, estaba asociado a la fertilidad y la vegetación. Era eterno e inmortal y el esposo de Al-‘Uzza. Se piensa que era el dios adorado a través de los múltiples betilos colocados en los nichos que se encontraron.
  • Al-‘Uzza: Esposa de Dushara, diosa madre de la fertilidad y protectora de los viajeros. Se le asocia con la diosa egipcia Isis y con la siria Atargatis.
  • Manat: Diosa del destino que se encuentra relacionada con el mundo de los muertos.
  • Allat: Gran diosa venerada por todos los pueblos árabes.
  • Al-Kutba
  • Baalshamin
  • Qos
  • Ubal
  • Isis

Las tumbas nabateas

Los nabateos eran buenos ingenieros, arquitectos, canteros, maestros de obra, guerreros y funcionarios, pero paradógicamente, lo que más información nos aporta sobre las gentes de Petra son las tumbas, muchas de ellas excavadas en las rocas. Pero estas tumbas nabateas no aparecen solo en Petra, sino también en sitios de Emiratos Árabes y Arabia Saudita como Hegra o Mleiha.

Las creencias en el más allá

LLama la atención como Estrabón destacaba en su «Geografía» que los nabateos no mostraban ningún tipo de respeto por sus difuntos y que, según él, eran enterrados junto a montones de basura. Pero esto puede ser debido a que el historiador griego no fue capaz de comprender el verdadero sentido de las creencias en el más allá y las prácticas funerarias nabateas.

Y es que es cierto que los nabateos no se preocupaban por los cuerpos, pero eso era porque ellos pensaban que era el nefesh, es decir, el alma, lo que para ellos representaba al individuo y no sus restos.

En lugares con tumbas torre similares a las de Petra se han encontrado inscripciones que comienzan con la fórmula «nfs wqbr» que significa «nefesh y tumba de …». En las lenguas semíticas nefesh significa «hálito vital», «alma» o persona» y expresa la creencia que el difunta se incorporaba al monumento de su sepultura, es decir, el monumento sustituía a la persona fallecida.

Ciudades nabateas

La ciudad más conocida de los nabateos es, sin ninguna duda, Petra, pero además nos habitaron otros lugares que en la actualidad forman espectaculares yacimientos que no tienen mucho que envidiar a la mítica ciudad de Jordania. Veamos algunas de ellas.

Madain Saleh

En Arabia Saudita se encuentra Madain Saleh, también conocida como Hegra o Al-Hijr, una ciudad nabatea entre los años 100 a. C. y 150 d. C. Nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2008.

Excavada por primera vez a comienzos del siglo XX, los arqueólogos encontraron estructuras de adobe coronadas por almenas, similares a las tumbas encontradas en Petra. En un macizo formada por varias colinas, conocido como Djebel Ithlib, se documentó la principal zona sagrada de Hegra. Allí se encontró una especie de diwan, con nichos e inscripciones religiosas.

Sin embargo habría que esperar hasta el año 2000 cuando nuevas excavaciones arqueológicas sacaron a la luz las estructuras de habitación en las que vivían los nabateos de Madain Saleh.

Bosra

En el sur de la actual Siria, a Bosra se le conoce como la ciudad negra, debido al color de las rocas empleado en la construcción de algunas de sus estructuras.

La ciudad ya existía tiempo antes de ser habitada por los nabateos, pues aparece citada en las Cartas de el Amarna. Sin embargo, será en el siglo II a. C. cuando se convirtió en una importante ciudad comercial nabatea. Tal fue su importancia que a comienzos del siglo II d. C. Trajano la designó la capital de la provincia de Arabia Pétrea.