La diosa Ishtar y Assur
La diosa Ishtar fue una de las divinidades más populares en Asiria. Los textos encontrados en Assur hablan de la existencia de varios edificios relacionados con la diosa del amor y la guerra, aunque hasta el momento tan solo se ha encontrado un templo dedicado a Ishtar en la ciudad. Como sucede en Babilonia, el templo de Ishtar se levantó en medio de viviendas corrientes en las que vivirían personas que guardarían gran devoción a la diosa. Este templo de Ishtar es una de las pocas construcciones conocidas de Assur en el III milenio a. C.
Descubrimiento del templo de Ishtar
El descubrimiento del templo fue fortuito. Bajo los cimientos de un santuario dedicado al dios Nabu los arqueólogos encontraron los restos de un edificio anterior que se extendía más al este todavía. Entre 1908 y 1914, el equipo alemán dirigido por W. Andrae que excavó Assur realizó un primer gran corte estratigráfico profundo, el cual permitió comprobar la antigüedad de la ciudad y el culto continuado a Ishtar desde muy antiguo. Sin embargo, la investigación de los alemanes a comienzos del XX fue completada con nuevos estudios de los que se pueden sacar las conclusiones que dejamos a continuación.
Evolución del templo de Ishtar en Assur
El edificio más antiguo corresponde al Nivel H. Fue construido encima del suelo natural rocoso típico de los niveles más antiguos de la ciudad. La construcción tenía una cella de 16 m. de largo y una anchura de 6, en uno de cuyos extremos se abría una pequeña estancia o adyton, con un podium que contendría la imagen de culto. A ambos lados de la cella existirían diversas estancias.
Tras un largo uso y distintas reparaciones se edificó el Nivel G, que aunque mantenía los mismos espacios era algo mayor que el anterior. El templo estaba delimitado por un muro exterior que formaba una especie de temenos. A través de una puerta y un corredor de 20 m. se llegaba al patio por el que se accedía al templo, cuyo espacio interior contendría estatuas y exvotos de orantes y donantes.
Los niveles F y E presentaban complicaciones estratigráficas que hicieron que no pudieran ser muy bien comprendidos, algo totalmente contrario a lo que sucedía con el Nivel D, cuando se levantó un nuevo edificio de 34 m. de largo por 9,5 de ancho con muros de hasta 4,5 m. de espesor. Aunque solo pudo ser documentada por los cimientos, la sala principal era un espacio alargado, con la entrada en el extremo del muro lateral noroeste. Esta disposición se mantuvo durante unos mil años, desde la primera mitad del III milenio hasta mediados del II milenio a. C.
En el siglo XIII a. C., con Tukulti Ninurta I, se acometió una construcción totalmente nueva del Templo de Ishtar, que incluso cambió de orientación y advocación, ahora dedicado a Ishtar Assuritu. El edificio contó desde entonces con dos cellae. Al templo se accedía por el norte a través de una entrada monumental desde la que se accedía a una sala alargada, para después llegar a la gran sala de culto de 32 m. de largo por 8,70 de ancho. Al fondo del muro oeste de la sala principal, tras ascender una larga y ancha escalinata, un gran nicho abovedado albergaría la estatua de la diosa a tamaño natural sentada sobre un trono del que se hallaron algunos restos.
El ocaso del templo de Ishtar en Assur
Este nuevo templo de Ishtar en Assur volvería a sufrir reformas con Tiglatpileser I y Salmanasar III. Este último reedificó el templo con un trazado muy similar al del templo del II milenio, hasta que al final, por causas que desconocemos, el templo de Ishtar terminó en ruinas. Sobre estas ruinas se levantaría un templo al dios Nabu al final de la época de hegemonía asiria.